"Si quieres persuadir a alguien, hazlo con sus mismos argumentos"

Aristoteles

Cuando una persona se encuentra ante una dificultad, problema o malestar personal, relacional o profesional, lo primero que hace para resolverlo es poner en marcha una estrategia que le parece adecuada, normalmente una estrategia que ya le ha resultado útil en el pasado para solucionar una situación similar. Si la estrategia elegida funciona, la dificultad se resuelve pronto. Pero a veces, la estrategia elegida no funciona como esperábamos y lo que ocurre es que lo seguimos intentando con esa misma estrategia porque pensamos que tiene que funcionar, porque nos parece lógico que sea así. Pero cuanto más usamos esa estrategia ineficaz, la dificultad no sólo no se resuelve, sino que tiende a complicarse llegando a convertirse en un problema de mayor envergadura.

Es decir, las "soluciones intentadas" llevadas a cabo por la persona y por las personas que le rodean para intentar resolver el problema acaban por alimentarlo haciendo que este persista. Es innegable que en muchas ocasiones con la mejor de las intenciones se consigue el peor de los efectos.

A menudo, la persona reconoce que su estrategia para solucionar el problema no es funcional pero, a pesar de ello, no consigue hacer otra cosa, desarrollando así una profunda desesperanza en la posibilidad de un cambio o una mejora de su situación problemática

El terapeuta estratégico se focaliza desde el principio de la terapia en romper este círculo vicioso que se ha establecido entre las soluciones intentadas y la persistencia del problema, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre "cómo funciona" el problema más que sobre "por qué existe", sobre la búsqueda de las "soluciones" más que sobre las "causas".

Para ello, la intervención estratégica es de tipo activo y prescriptivo. Es decir, el terapeuta prescribe al paciente en cada sesión una serie de tareas que éste deberá llevar a cabo en el tiempo transcurrido entre las sesiones, por lo que el paciente, a diferencia de lo que ocurre en otras terapias psicológicas, tiene un papel protagonista por su gran implicación en el proceso de cambio. Esto a su vez, hace que el tratamiento le resulte más interesante al paciente e incluso podría decirse que divertido, ya que cada semana desde la primera sesión, la persona va haciendo nuevos descubrimientos sobre sus capacidades de cambio, lo cual resulta realmente sorprende y satisfactorio.  

A través de actos comunicativos verbales o de las prescripciones que se dan al paciente para que las realice entre sesiones se pretende provocar una experiencia emocional correctiva, de tal forma que la percepción de la persona  sobre el problema cambie y le permita el ensayo de nuevas soluciones .Este cambio indica un reestructuración , un “ ver” el problema desde otros ángulos, un cambio de perspectiva, de marco creando una nueva realidad,  en fin abriendo paso a la duda y posibilitando diferentes formas de reacción ante el problema y por tanto de soluciones

Nuestra cadena de trabajo sigue la siguiente esquena: percepción, emoción, cognición. Desde el punto de vista estratégico se parte de la idea que para cambiar una situación problemática hay que cambiar antes el obrar y como consecuencia cambiara el pensar del paciente, su punto de observación el marco del que antes hablabamos.Hablamos de experiencias, de actividades que nohacen percibir las cosas de otra forma .Posteriormente y solo posteriormente sobrevendrá inevitablemente cambio en el pensamiento.

Otras corrientes trabajan primero la cognición  con lenguajes explicativos como paso previo indispensable para un actuar funcional. La TBE a través de las experiencias proporcionadas al sujeto durante la terapia mediante las prescripciones (acciones a realizar),  surge un cambio radical en la percepción de su situación. De esta manera evitamos la resistencia, “porque el que se persuade por si mismo se persuade antes y mejor”